1 de septiembre de 2010. Alumnos del encuentro La innovación como factor de competitividad empresarial, que se celebra esta semana en la Sede Antonio Machado de la UNIA en los Cursos de Verano 2010, han visitado el taller de Alfarería Tito en Úbeda. Durante la visita han conocido un ejemplo de éxito e innovación empresarial que ha sabido renovar y modernizar la alfarería, una tradición con más de 3.000 años.
La clave del éxito “trabajar todos los días como si fuera el primero” ha asegurado Juan Pablo Martínez Muñoz Tito, licenciado en Bellas Artes y doctorando en la actualidad. Alfarería Tito, fundada por su padre, Juan Martínez Tito, hace 45 años, mantiene y renueva lo mejor de la rica tradición alfarera. “300 días al año te equivocarás y no innovarás nada, pero a lo mejor hay cinco días que encuentras algo fructífero y algo que te recompensa. El secreto es no perder la ilusión de las primeras veces y pensar que todos los días puedes aportar algo” afirmó Tito. Aunque añade que parte de su éxito estriba también en la zona tan turística en la que se encuentra, Úbeda, declarada Patrimonio de la Humanidad, junto con la vecina Baeza.
Por el taller han pasado personajes tan conocidos como Enrique Ponce, El Litri, Adriana Carolina Herrera, los actores Viggo Mortensen y Eduardo Noriega, así como el embajador de Japón en España, Fumiaki Takahashi, y la ministra de Igualdad, Bibiana Aído. Para Tito el trabajo más gratificante es ver sus piezas en la gran pantalla. Sus artesanías han formado parte del utillaje de películas como El capitán de Alatriste, Carmen y de la serie televisiva Águila Roja, entre otras.
Alfarería Tito has sido reconocida con diversos galardones como el Premio Nacional de Artesanía 2006 y Premio de la Asociación Jóvenes Empresarios 2009 a su trayectoria profesional. Además de su tienda y taller situados en la plaza del Ayuntamiento de Úbeda, tiene distribuidas sus piezas en Nueva Jersey y desde hace un mes en Princeton, ambas en Estados Unidos.
Los alumnos del encuentro de Innovación empresarial han visitado también la Sinagoga del Agua enclavada en el casco antiguo de Úbeda. Un descubrimiento que hizo cambiar los planes de su propietario, Fernando Crespo, con respecto a su futuro. Lo que pretendía ser apartamentos turísticos, terminó convirtiéndose en un encuentro de culturas, hispano-árabe, musulmana y cristiana.
