El máster de Comunicación y Educación Audiovisual de la UNIA debate sobre la televisión de calidad

Para Ferrés, “la calidad de la televisión no debería ser comprendida desde el punto de vista del producto, desde el punto de vista del sistema televisivo, si no desde el punto de vista del receptor”. Así, el profesor de la Pompeu Fabra comprende la televisión de calidad “como aquella que mejora la calidad de los receptores porqué muchas veces la supuesta objetividad de la calidad deja absolutamente indiferente a los receptores, o les lleva a  hacer zapping, por lo tanto, esa televisión por mucha calidad que tenga no incide en una mejora de la calidad humana, no funciona”.

Tal y como compartió con los alumnos, Ferrés confía en los estudios de la neurociencias para conseguir esa calidad en la televisión y “sobre todo en la aportación que nos está haciendo la neurociencia sobre la importancia de las emociones”. “Sólo puede ser efectiva una televisión que sea afectiva, sólo puede ser eficaz una televisión que conecté con los estímulos que son emocionalmente competentes para el tipo de receptor al que se dirigen y que es capaz de analizar la energía liberada por estos estímulos”, apostilló el profesor.

Por otro lado, Ferrés quiso destacar la importancia de másters con las características del de la Internacional, ya que para él, “el binomio comunicación-educación es importantísimo, pero sin embargo se le está dando menos importancia de la que exigiría y maestrías de estas características ocupan el vacío que existe, por lo que su trabajo es fundamental para el desarrollo futuro”.

La educación relacionada con la comunicación es algo fundamental para la sociedad moderna ya que “vivimos en una sociedad donde proliferan las comunicaciones donde somos socializados continuamente por ese bombardeo de mensajes y por lo tanto es imprescindible descubrir la dimensión educativa que tiene esa confluencia de informaciones, es decir los efectos educativos”,  comentó Ferrés. “Y es más, si queremos ser educativamente eficaces a la hora de comunicar debemos mejorar nuestro estilo comunicativo tanto en relación con las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías como en relación con la necesidad de sintonizar con el tipo de receptor con un estilo distinto al que lo hemos ido haciendo hasta ahora y ese es un interesante campo de trabajo en el que éste máster profundiza”, concluyó el profesor.

Igualmente, Ferrés ha querido destacar  lo enriquecedor que es impartir clase en una universidad como es la Sede Iberoamericana de la UNIA, “contar con alumnos de procedencias geográficas tan diversas y procedentes de una diversidad de estudios tan grande nos permiten trabajar desde múltiples puntos de vista e intercambiar experiencias que sin duda nos ayudan a completar la formación de todos”.

El máster en Comunicación y Educación Audiovisual, que celebra este año su primera edición, surge con la expresa intención de servir de instrumento válido de formación, reflexión e investigación acerca de la realidad del profesional de la educación y la comunicación en el nuevo contexto de la sociedad del conocimiento.

A través de esta maestría, la cual se realiza en colaboración con la Universidad de Huelva, se plantea dar respuesta a un amplio sector de profesionales que demandan una reflexión seria y serena acerca de la forma en la que los medios y tecnologías de la comunicación se han convertido en un recurso y fuente de información y gestión de conocimiento esencial para la educación en todos los niveles.

Además, esta maestría pretende, desde la perspectiva de la educación, formar profesionales de este ámbito acerca de la integración y uso educativo de  los medios y tecnologías de la comunicación, con una reflexión crítica y profunda acerca de cómo construir una ciudadanía democrática en el contexto de las posibilidades que éstos deparan para la comunicación de ideas y valores culturales.

Pero sobre todo, desde la perspectiva de la comunicación, trata de abordar el fenómeno de la comunicación mediada y tecnológica, sus códigos y claves, en relación con el ámbito de la educación en comunicación, mediante la reflexión acerca de la ética de la comunicación, priorizando la formación de ciudadanos libres y responsables, por encima de  los intereses de las empresas.