El Máster Latinoamericano en Evaluación de Políticas Públicas alcanza su ecuador en La Rábida
El III Máster Latinoamericano en Evaluación de Políticas Públicas, que dirige José Luís Osuna, de la Universidad de Sevilla, en la Sede Iberoamericana de la Universidad Internacional de Andalucía está llegando a suenla impartición de sus enseñanzas académicas.
Los objetivos que pretende este máster, que ha convocado en la sede rabideña a más de veinticinco personas de Latinoamérica, se centran en valorar y evaluar la utilidad de la intervención pública aplicando un conjunto de técnicas cuantitativas y cualitativas propias de las ciencias sociales. Motivado por la constante preocupación por determinar cuál debe ser el papel del sector público en la sociedad, ante la confrontación entre el deseo de generalizar el Estado del Bienestar y la aparición del déficit presupuestario por el incremento del gasto público.
Para cumplir estos fines, la evaluación debería incorporarse desde el primer momento de la planificación, ya que es muy importante examinar de modo sistemático la idoneidad de la lógica y de las relaciones de causalidad entre las actividades programadas, objetivos y fines, y la adecuación de los sistemas articulados para la ejecución de la política.
Igualmente, las pretensiones se centran en lograr con la evaluación analizar el grado de aceptación y a capacidad de los responsables políticos, gestores y técnicos para poner en marcha los sistemas de seguimiento necesarios para su correcta evaluación.
Un capítulo muy importante dentro de este máster es el relacionado con el ámbito de la función pública, como responsable último del trabajo que hay que realizar dentro de las administraciones. Por ello, servirá para detectar carencias formativas que se vinculan al insuficiente conocimiento por pare de los funcionarios sobre el tema de la Evaluación de las Políticas Públicas.
Los alumnos que se han desplazado hasta la Sede Iberoamericana apara poder participar en el máster son desde cargos relacionados con la gestión, ejecución o seguimiento de las políticas públicas en sus diferentes países, que quieren adquirir una mayor información sobre el tema para poder aplicarlos a su vida laborar diaria. También se encuentran asesores, estudiantes universitarios, docentes e investigadores relacionados todos ellos con las políticas públicas; además de personas que se desenvuelven más en ámbitos externos, como organismos internacionales, ONGs,….etc. quienes demandan más capacidad de análisis y seguridad en los temas de evaluación de las políticas públicas.
Este programa, como manifestó el director de la Sede Iberoamericana, Alfonso Vargas, en su presentación, “ha sido diseñado para contribuir a suplir carencias formativas que se han detectado en el ámbito de la función pública, vinculadas al insuficiente conocimiento por parte de los funcionarios sobre el tema de la Evaluación de las Políticas Públicas, el enfoque fragmentado y sesgado en algunos de los programas de estudios y cursos vigentes, la falta de actualización sistemática de los materiales bibliográficos de apoyo, así como la escasa vinculación y cooperación entre las instituciones que capacitan funcionarios públicos en lo referido al tratamiento del tema en el ámbito latinoamericano”.
La metodología empleada (enseñanza problemática y métodos activos) posibilita que se trascienda la reproducción de los conocimientos, hábitos y habilidades de los estudiantes, en el desempeño de su labor, y puedan ascender a una etapa superior, la de la producción de conocimientos, es decir, aportes de nuevas ideas, y su aplicación –siempre que sea posible- a su praxis profesional concreta.
Dirigido por José Luís Osuna Llaneza, de la Universidad de Sevilla, y de modalidad semipresencial, su desarrollo está motivado por la constante preocupación por determinar cuál debe ser el papel del sector público en la sociedad, ante la confrontación entre el deseo de generalizar el Estado de Bienestar y la aparición del déficit presupuestario por el incremento del gasto público.
Para cumplir estos objetivos, la evaluación se incorpora desde el primer momento de la planificación, ya que es muy importante examinar de modo sistemático la idoneidad de la lógica y de las relaciones de causalidad entre las actividades programadas, objetivos y fines, y la adecuación de los sistemas articulados para la ejecución de la política. En definitiva, el programa pretende determinar, reunir y organizar los conocimientos que los funcionarios/as deben tener para elevar su profesionalidad y lograr una mayor eficiencia, tomando en consideración los requerimientos del contexto social. Considera también los requisitos éticos del empleado/a público y el desarrollo de su vocación por contribuir a la elevación de la calidad de vida de sus conciudadanos; generando en los propios alumnos asistentes al máster, las posibilidades de:
Profundizar en aspectos teóricos-conceptuales vinculados a las políticas públicas, el entorno internacional y regional que influye en la evaluación de las mismas, así como su incidencia en el nivel de vida y calidad democrática de los países.
Examinar, desde una perspectiva interdisciplinaria, los problemas más relevantes vinculados a la evaluación de las políticas públicas en las actuales condiciones de globalización.
Analizar las vías para lograr el perfeccionamiento de la evaluación de las políticas públicas.
Propiciar el desarrollo de una cultura sobre la evaluación, así como de una práctica profesional consecuente.
Analizar críticamente experiencias de evaluación de políticas públicas de diferentes países, regiones, sectores e instituciones.
Según la UNIA, la capacitación de los funcionarios públicos se debe concebir como un proceso continuo, en el que se pueden establece una diferencia entre la orientada a la titulación y la destinada a la actualización, perfeccionamiento o especialización. Por ello, se persigue, sobre todo, organizar los conocimientos que los funcionarios para elevar su profesionalidad y lograr una mayor eficiencia, tomando en consideración los requerimientos del contexto social. Asimismo, el máster también toma en consideración la formación ética del funcionario y el desarrollo de su vocación para contribuir a la elevación de la calidad de vida de sus conciudadanos.