La Sede de La Rábida se adelanta al futuro en los temas de gestión de conflictos y mediación
La Universidad Internacional de Andalucía en su Sede de La Rábida está desarrollando desde el 5 de septiembre el “I Curso en alternativas de gestión de conflictos y mediación” donde se pone de manifiesto la importancia que de cara al futuro tendrá la labor del experto en mediación y gestión de conflictos.
Durante estos días el curso ha contado con una especialista en el tema: Cristina Merino, coordinadora del servicio de mediación familiar del País Vasco, que ya nos visitó durante los cursos de verano del 2011 y que nuevamente ha puesto de manifiesto la importancia de la mediación como instrumento de solución de conflictos de carácter voluntarios que la administración pone a disposición del ciudadano y que permite resolver ante unos órganos formalmente constituidos las discrepancias surgidas entre un consumidor o usuario y un empresario o prestador de servicios.
Merino estuvo de acuerdo con el objetivo principal del curso que se está desarrollando en la Rábida donde expone la evidencia de que “el conflicto es algo inherente al ser humano. A lo largo de la historia han sido muchas las definiciones que se han llevado a cabo del mismo, pero todas tenían algo en común, su percepción desde una visión destructiva. Sin embargo, la realidad es bien distinta, ya que en muchos casos el conflicto hemos de vivenciarlo como una oportunidad si somos capaces de conocer las herramientas y competencias necesarias para gestionarlo y convertirlo en algo productivo y constructivo De entre las diversas modalidades de protección pública que se registran en el panorama nacional e internacional sobresalen aquellas que consisten en el ofrecimiento de instrumentos para la solución de los conflictos con carácter alternativo, o en su caso, complementarios a los tradicionales que ofrece la Administración de Justicia. Estas alternativas se justifican no sólo en la necesidad de encontrar mecanismos rápidos, flexibles y menos costosos que eviten el colapso en las instancias judiciales, sino también de potenciar la autonomía privada en el intento de conseguir una menor confrontación, sabiendo que no hay mejor solución que la que es voluntariamente aceptada por las partes contendientes”.
Además, también hace hincapié el curso en que la gestión de conflictos, a pesar de ser inherente a la persona, no es desempeñada habitualmente de manera eficaz. De hecho, grandes conflictos sociales son provocados debido a la falta de habilidades, competencias y estrategias de nuestros gestores. Aunque es una materia de carácter transversal, esencial para el desempeño de cualquier profesión, no aparece recogida en los planes de estudios de muchas titulaciones. Por ello, el legislador que ha sido consciente de estas carencias formativas, exige para el ejercicio profesional, además de la titulación universitaria, una formación especializada de postgrado que habilite a la persona en su ejercicio profesional.
Todo lo anteriormente expuesto justifica y explica tanto la aparición de una nueva profesión, más concretamente especialista o experto en gestión de conflictos, como la necesaria capacitación para su ejercicio.
Partiendo de todos estos principios, el curso pretende acercar al alumno la oportunidad y las herramientas de la mediación familiar a distintos ámbitos especializados: adolescencia, género, personas mayores, sanitarias. Comenzó en la mediación y el análisis del conflicto familiar para hacerlo extensivo a todos los demás ámbitos especializados.
La oportunidad del curso está justificada en la reciente Ley de Mediación Familiar Andaluza, cuyo reglamento que la desarrolla completa un registro de mediadores, con la exigencia de una formación especializada y acreditada.
Esto es difícil, manifestaba Cristina Merino Ortiz, porque “hoy por hoy en nuestro país, culturalmente, no se ha promovido y potenciado los medios alternativos de resolución de conflictos, como la mediación, por lo cual no existen muchos servicios de mediación establecidos”.
El curso que está dirigido por María José Ruiz García y Yolanda Navarro, ambas de la Universidad de Huelva están convencidas de que la mediación se convertirá “en una alternativa fundamental para la sociedad actual”.
La abogada y mediadora del País Vasco Cristina Merino Ortiz aseguró que “la mediación es una alternativa muy positiva porque el resultado, el acuerdo al que se llegue, tendrá validez en el futuro, al contrario de lo que puede ocurrir con una sentencia judicial impuesta, que deja siempre descontenta a una de las partes”. Igualmente manifestaba que “es conveniente una regulación legal de mínimos que respete la idiosincrasia de las Comunidades Autónomas”.
“En la actualidad, asegura la experta, el desarrollo de la mediación en el ámbito autonómico es amplio y diverso, tanto desde el punto de vista legislativo como de la oferta de espacios de intervención en mediación”. Igualmente manifestaba que se puede analizar la realidad española desde un triple prisma: Leyes autonómicas de mediación, formación en procesos de mediación y gestión de conflictos, y centros o servicios en los que se ofrece mediación.
Cristina Merino, también habló de su experiencia como mediadora, donde destacó “la flexibilidad de la mediación como proceso que debe ser contextualizado e individualizado a cada conflicto. Las peculiaridades que presentan las familias y sus modos de relacionarse, en continua evolución, hacen necesaria la adaptación del proceso para dar respuesta a esta realidad social, por lo cual la mediación debe avanzar de modo paralelo y evitar caer en dogmatismos que dificulten dar respuesta a conflictos complejos”. En definitiva, aseguró la necesidad de formación continua y participación en equipos interdisciplinares que permitan ofrecer una intervención completa y rica.