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14 Marzo 2011
Comunicados de prensa

La sede iberoamericana acoge las Narrativas de Fuga IV, de la mano del cineasta Pedro Costa

La directora de la Sede Iberoamericana de la UNIA, Yolanda Pelayo; acompañada por el cineasta portugués Pedro Costa; y  la coordinadora del evento, Nuria Enguita, han inaugurado el taller Narrativas de Fuga IV, enmarcado en el proyecto de la Internacional, arteypensamiento, el cual se articula en torno al concepto de repensar aplicado al campo del arte en su relación con la cultura y la sociedad..

 Para Yolanda Pelayo, “actividades como ésta nacen con el objetivo de incorporar la institución universitaria a los debates, la producción, la difusión y la consolidación de las creaciones y reflexiones contemporáneas, de forma  que se aumentara la incidencia de la misma en el tejido social, una de las principales líneas de trabajo de nuestra universidad”.

Igualmente, “la Internacional, y su proyecto arteypensamiento, entienden que es imprescindible que los espacios de conocimiento dejen de ser exclusivamente espacios magistrales o contemplativos para convertirse en espacios generativos, es decir, espacios de producción que faciliten a artistas y pensadores la realización de proyectos donde se desplace la tendencia del culto al objeto o la contemplación”, prosiguió la directora de la Sede Iberoamericana.

Yolanda Pelayo ha afirmado “que con proyectos de estas características, abrimos nuevas vías de comunicación, cooperación y co-producción con otras instituciones y espacios que dentro del ámbito nacional e internacional favorecerán el florecimiento de posiciones críticas y plurales”.

En esta cuarta edición, Narrativas de Fuga, “trata de poner en evidencia las contradicciones en las que nos reconocemos y con las que actúa el sistema del arte, a la vez que intenta una reforma de los formatos tradicionales de presentación, difusión y edición, con el fin de abrir nuevas vías al desarrollo de los mismo”, ha trasladado a los alumnos del taller su coordinadora, Nuria Enguita.

Durante tres días, el cineasta Pedro Costa va a plantear cuestiones fundamentales para la práctica artística en lo que se refiere a su potencial político, proponiendo nuevas formas de hacer y de sentir para el desarrollo de un nuevo marco de compromiso en la representación de la realidad. A través de sus películas, los alumnos del taller podrán descubrir el compromiso del director con lo humano frente a la cámara, sin falsas formalidades, en su desnudez; y lo que esto supone de desprotección y ruptura con la complacencia del cine en el espectador.

Asimismo, el director va a debatir con los asistentes sobre la posición estética del cineasta en relación a su ruptura con la división teórica entre ficción y documental , en lo que Costa ha llamado documentales sobre las sensibilidades, películas que se construyen minuciosamente en un tiempo expandido, un tiempo que persiste, que no fluye, que resiste el presente y elimina cualquier espontaneidad, cualquier improvisación, a la vez que se transforma en memoria humana y política del grupo.

Tal y como el propio Costa ha explicado en la inauguración, “mi cine no es algo que esté ahí para ser tomado y consumido, es más bien el resultado de la experiencia de compartir un tiempo y una vida”. Frente a la naturalización de la imagen, característica de la sociedad del espetáculo, Costa propone en películas como por ejemplo Huesos, En el cuarto de Vanda, Juventud en Marcha o ¿Dónde yace tu sonrisa escondida?, una realidad rígidamente enmarcada en la que no se produce empatía ni identificación.
En esta línea, pero a través de películas de otros cineastas como John Ford, Raoul Walsh, Charles Chaplin, Yosirjiro Ozu, Kenji Mizoguchi, Bresson o Jaques Tourneur, Pedro Costa mostrará a los alumnos  “lo que el cine supone de resistencia a los excesos del mundo y de las cosas, y cómo ha de intentar siempre ser menos, encontrar el sentimiento correcto, la cuestión esencial que nos haga ver por primera vez lo que está ahí, pero en lo que nunca nos habíamos fijado”.

Pedro Costa, nacido en Lisboa en 1959, pertenece a la generación de cineastas aparecidos en Portugal en los años noventa, denominada ‘cuarta generación’. Se trata de un conjunto de potentes miradas individuales que coinciden en filmar un cine de resistencia, trabajar desde los márgenes, adentrarse en una realidad desgarrada y dar visibilidad a figuras de mirada vacia, movimiento errante y futuro incierto, así como a territorios marginales, derrumbados o sin salida, velados en cualquier otro ámbito.

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