La UNIA participa un año más en las Jornadas de Historia sobre el Descubrimiento de América
En su intervención, la directora la sede rabideña ha querido remarcar el espíritu de la UNIA, “una institución abierta, comprometida con su entorno más cercano, ofreciendo servicios a los ciudadanos con la intención de que se sientan parte de nuestra universidad, y al mismo tiempo nuestra universidad forme parte de la sociedad que la rodea”.
En esta línea, Pelayo ha hecho hincapié en el marcado carácter americanista de la institución académica que dirige, “La Rábida ha sido el centro del Descubrimiento de América, uno de los acontecimientos que más repercusión ha tenido en la historia de la humanidad, hasta tal punto que podemos decir que supuso un punto de inflexión en la evolución de la humanidad, marcó el inicio de una nueva etapa en la historia”.
Por otro lado, el alcalde de Palos, aprovechó la inauguración de las jornadas para presentar el libro, editado en colaboración con la Univesidad Internacional de Andalucía, que recoge las actas de las Jornadas de Historia de los años 2008, 2009 y 2010. En estas tres ediciones, expertos y científicos de diferentes provincias españolas del ámbito universitario se dieron cita en Palos de la Frontera con el objetivo de fomentar el debate de estudios y de investigación sobre el Descubrimiento de América.
Bajo el título Navegación y vida cotidiana en los viajes las indias: el rancho de los marineros, Carmen Mena, catedrática especialista en Historia de América, pronunció la conferencia inaugural, analizando en la misma los suministro que llevaban los barcos de la época y el porqué de cada uno de ellos, “algo que tenían perfectamente calculado ya que las viandas que se embarcaban reducían el espacio de la mercancía y esto diminuía la rentabilidad del viaje”.
Durante su intervención, Carmen Mena realizó una perfecta disertación de los abastos que alimentaban a las tripulaciones de los barcos de los siglos XV-XVII, “donde el bizcocho o pan náutico y el vino eran los nutrientes más importantes del rancho, siendo el bizcocho una torta o galleta de harina de mala calidad, de la que les correspondía unos 700g diarios, junto con un litro de vino que les suministraba un importante aporte calórico, además de sustituir al agua cuando ésta escaseaba, y por supuesto les ayudaba a olvidar la dureza de la vida de la mar”.
En este sentido, Mena ha querido destacar la importancia de los presupuestos alimenticios de las flotas para la economía de las regiones cercanas a los puertos más importantes, “era sin duda algo muy honoroso que dejaba bastante dinero en las zonas del valle del Guadalquivir, el Condado de Huelva, o la bahía de Cádiz, encargadas de suministrar los abastos, primero mediante la Casa de Contratación y luego a través de asientos particulares con contratos que especificaban detalladamente no sólo la cantidad de alimentos si no la calidad de los mismos, ya que era mucho dinero el que estaba en juego y los fraudes estaban a la orden del día”.
Así, la catedrática de la Universidad de Sevilla ha detallado los alimentos que constituían las provisiones, “donde la carne salada, el pescado salado, el arroz, aceite, vinagre y queso eran los alimentos básicos, y rara vez llevaban carne fresca de cerdo, vaca o gallina, por la dificultad de transportar lo animales vivos y tener que sacrificarlos en alta mar”. “Es también curioso observar como la mantequilla adquiría un gran protagonismo en las flotas inglesas y holandesas, sin embargo en España nunca formaba parte del rancho de los marineros”, apostilló Mena.
Al termino de la conferencia inugural, Pablo E. Pérez-Mallaína, catedrático de la Universidad de Sevilla pronunció la conferencia Los barcos en el siglo XVI: un espacio de vida y muerte, para cerrar la primera tarde de las jornadas de historia con la intervención de Claudio Lozano, miembro del grupo de investigación ‘Geología Costera’, de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Huelva, que disertó sobre los restos arqueológicos de los naufragios como fuente para el estudio de la vida a bordo.
Igualmente, las VII Jornadas de Historia reunieron a otros expertos en la materia como Antonio Gozalo de la Cruz, capitán del ‘Galeón Andalucía’; Esther María García, miembro del grupo de investigación ‘Mundialización e identidad’ del Departamento de Antropología de la Facultad de Humanidades de la UHU; así como representantes de la tripulación tanto de la Nao Victoria como del Galeón Andalucía, los cuales participaron en una animada mesa redonda sobre la navegación y la vida a bordo en réplicas de barcos históricos.
Estas Jornadas de Historia, organizadas en colaboración por el Ayuntamiento de Palos y la UNIA, nacieron con la vocación de servir de foro, desde la perspectiva histórica, de estudio, divulgación y debate sobre ‘El Descubrimiento’, en su diversidad temática, y así se ha puesto de manifiesto una edición más.