Sentimiento flamenco a flor de piel con todos los sentidos en la noche rabideña
El programa Cultura Abierta de la UNIA ha acogido ‘Tríptico#2 [Meter los Pies/Nondedéu/Silencios]’, de Estévez & Paños y Cía
"Único". Así se puede definir `Tríptico#2 [Meter los Pies/Nondedéu/Silencios]´, de Estévez & Paños y Cía. El público, que ha abarrotado el patio trasero de la sede rabideña de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), ha aplaudido sin parar este espectáculo único en el que (casi) todos los sentidos han formado parte para poder deleitarse de un conjunto perfecto de flamenco, bailarines perfectamente coordinados, zapateados, música y puesta en escena. Este espectáculo está codirigido por los bailarines y coreógrafos onubenses Rafael Estévez y Valeriano Paños, éste último, Premio Nacional de Danza en 2019.
Los expertos definen a Meter los Pies, como dos bailarines que se presentan como máquinas de ritmo, secuenciadores de polirritmos para transmitir y transmutar el legado de aquellos bailarines históricos que fueron patriarcas, apóstoles y profetas del zapateado y sus discípulos, zapateadoras prodigiosas y mujeres valientes, reinas indiscutibles del baile flamenco.
Siguiendo el antiguo concepto de baile a la guitarra, han transcrito al zapateado partituras, músicas y toques flamencos históricos, que se han entrelazado para crear un polirritmo aleatorio y sorprendente que ha sido a su vez la estructura, el acento, la textura y el orden.
Un soporte rítmico que nos brinda el propio zapateado, pero que también busca en las vivencias, testimonios y conceptos de nuestros antepasados y de nosotros mismos. Y que se han encontrado a lo largo de un recorrido que los ha llevado a romper la línea recta que produce el metrónomo para realizar la medición exacta del pulso.
Un viaje que incita a buscar texturas y sonidos con los pies descalzos para que otros bailen sobre una falla tectónica sintiendo la vibración de un terremoto, a cantar el zapateado con el lenguaje onomatopéyico que sólo los bailarines entienden o a colocarnos verticales y estáticos en un plaza de toros, donde la ferocidad del toro que embiste y el coraje del hombre que lo enfrenta se entrelazan en un doble paso de vida y muerte. Una superposición de métricas rítmicas que representa la lucha del hombre moderno y la máquina, de la improvisación y la premeditación y que ha hecho bailar y pisar inspirados en el sonido de las máquinas de una imprenta, el ruido del ferrocarril, de motores eléctricos de diferente intensidad, de una impresora, de metrónomos o de la maquinaria de la UCI de un hospital.
Sin duda, un momento en el que llegar a la caída o al tropezón, al zapateado arrodillado como un penitente o mirando al cielo. Zapateado suave, zapateado enérgico; como un salvaje, como en el ritual "nijinskyano" de la primavera, como un bailarín de claqué americano, un jarocho, o un endemoniado… Como un flamenco.
Fotografías:
Ficha artística:
- Rafael Estévez: Danza, Coreografía, Conceptos Originales
- Valeriano Paños: Danza, Coreografía, Conceptos Originales
- Manuel Montes: Baile
- Jorge Morera: Baile
- Alberto Selles: Baile
- María José Fuenzalida: Iluminación