Un viaje literario por la marisma del Guadalquivir
La Rábida, 14 de julio de 2011. El encuentro “La Doñana contada: homenaje a Caballero Bonald”, que dirige el escritor Juan Villa, ha contado en esta ocasión con el rector de la Universidad Internacional de Andalucía, Juan Manuel Suárez Japón, quien en su faceta tanto de doctor en Geografía por la Universidad de Sevilla y catedrático de Geografía Humana en la Universidad Pablo de Olavide, como de escritor y conocedor de la marisma sevillana ha realizado en la Sede de la Rábida una ponencia, teniendo como punto de partida un libro escrito por él después de una relectura del recorrido marismeño de Alfonso Grosso y Armando López Salinas en 1960.
Según el rector de la UNIA, Alfonso Grosso pertenecía a una familia de la pequeña burguesía acomodada de Sevilla, y estaba relacionado con los círculos culturales y del poder de la ciudad. Por lo que a su obra literaria se refiere, es un miembro más de la "generación del medio siglo" y, por tanto, en una primera etapa su obra se enmarca dentro de la línea del realismo social, en consonancia con su actitud crítica frente al régimen franquista, que le había llevado a militar en el Partido Comunista desde 1955.
Fue en esta época, a finales de los años cincuenta, cuando se acercó a los círculos intelectuales madrileños, pues su trabajo de narrativa breve no encontraba lugar en las revistas literarias andaluzas, dedicadas principalmente a la poesía. Es en este momento cuando se dedica a publicar los denominados libros de viaje: El libro que nos ocupa: "Por el río abajo" (1960), "Hacia Morella "(1961) y "A poniente desde el Estrecho" (1962), realizados en colaboración con Armando López Salinas, José Agustín Goytisolo y Manuel Barrios, respectivamente. Armando López Salinas, madrileño, fue su compañero por esta ruta sevillana, y su interés en acompañar Grosso era porque en aquel momento le interesaban las áreas rurales pobres.
Suárez Japón, entre anécdotas de su propia niñez y recuerdos familiares, sobre todo, de su abuelo Manuel, va desgranado en su ponencia como relee este libro que le hace, basándose en las experiencias de Grosso y Salinas, escribir otro: “Un viaje literario por las marismas del Guadalquivir”.
En el prólogo del libro, Juan Manuel Suárez Japón, asegura que “las conexiones entre la literatura y las ciencias del paisaje, o lo que es lo mismo, la utilización de determinadas obras literarias como fuentes de conocimiento sobre la dinámica de los espacios, ya sean éstos lejanos o inmediatos, es una práctica que ha contado con oscilantes valoraciones. A caballo de estas conexiones entre Geografía y Literatura está la llamada “literaturas de viajes”, donde las intenciones descriptivas y los impulsos creativos se nos muestran indisociables ya desde su origen”.
Desde estas premisas el autor realiza una relectura del libro Por el río abajo en el que Alfonso Grosso y Armando López Salinas relataron su particular viaje por la marisma del Guadalquivir: “En aquel momento nos trasladaron la imagen de una marisma injusta, desolada, casi terrible, en la que a diario se interpretaba el viejo drama de la explotación del hombre por el hombre. Volver sobre sus referencias, reencontrarse con descripciones que nos remitirían a la marisma de aquella etapa de los años sesenta, inmediatamente anteriores al gran despegue del arrozal, nos ofrece ahora la ocasión excelente para realizar un nuevo viaje donde se reconozca el pasado reciente de este espacio del bajo Guadalquivir y, por consiguiente, para poder entender mejor la complejidad de su realidad presente”.
Corre el año 1960 cuando, en el verano, Armando López Salinas y Alfonso Grosso, inician un viaje andando por las tierras de la baja Andalucía, recorriendo el delta del Guadalquivir. Este viaje, dará como resultado una de las novelas del “realismo social” más emblemáticas de esta corriente literaria. La vida de los jornaleros, de los segadores y plantadores del arroz, trabajando de sol a sol en las aguas infectas de las marismas, aguas palúdicas y llenas de sanguijuelas. La tiranía de los señoritos terratenientes y ganaderos. La precariedad de los inmigrantes extremeños y valencianos que allí acuden unos pocos de días cada año para deslomarse por un jornal escueto y tacaño que les permita comer durante unos días. Las penalidades de los pescadores de Sanlúcar, jornaleros del mar, lampando por que alguien los embarque a “parte” o a “jornal”. Pescadores descalzos y harapientos, sucios de brea y escamas, pantalones parcheados y arremangados a media pierna, llevando cajas de pescado, arreglando redes los viejos.
La pareja siniestra de la Guardia Civil, las tabernas sucias y malolientes. Las pensiones de camas de hierro y colchones de farfolla de maíz. Las fiestas inocentes de pueblitos pequeños. La juventud de las mozas, llena de alegría, la canción, los lamentos de la guitarra. Los comentarios, por lo bajo, entre camaradas. La atmósfera llena de miedo soterrado de una tierra olvidada y oprimida. Un retrato de una Andalucía sojuzgada al máximo por una atroz dictadura personificada en los terratenientes.
“Por el río abajo”, asegura el rector de la UNIA, es una narración que todos los andaluces debiéramos conocer, fundamentalmente los jóvenes. Necesitamos refrescar la memoria de nuestro pueblo, para poder compararla con este presente de paro y cesantía de nuestra tierra. Si, las cosas han cambiado. El cuadro ya no es el mismo. El enfoque de la cámara esta tomado desde un plano distinto, pero no creo la fotografía de ahora se diferencie en mucho de la de antaño… y se sumerge en la obra de Grosso y Salinas con unas palabras dedicadas a una localidad sevillana: “Lebrija, sin embargo, es para los viajeros una ciudad triste en medio de tanto sol. Está llena de hombres jóvenes que esperan inútilmente, en la ‘acera de los parados’ de la Plaza de España ,junto al Banco Español de Crédito, ganarse un jornal; de hombres viejos sin afeitar que arrastran su cansancio de medio siglo de peonada agrícola y hambre, por la Plaza de la Falange Española, del General Mola o de José Antonio, y de niños que matan pájaros en las mañanas luminosas porque es verano o porque no tienen escuela”.
Suárez Japón, manifiesta haber vuelto a los lugares por los que ellos pasaron: Puebla del Río, el camino hasta la Venta del Cruce, Colina, centro de la primera colonización agraria de las marismas del Guadalquivir, el corazón de la Isla Mayor por el Rincón de los Lirios y el poblado de Alfonso XIII, el Puntal, Villafranco del Guadalquivir.…hasta llegar al poblado de Queipo de Llanos por la margen izquierda del Guadalquivir. “Todo, asegura el geógrafo de Coria del Río, para poder ver los lugares que ellos visitaron cincuenta años después. Vislumbrar otra situación, otro momento. De esta manera creo haber compuesto un relato que no sólo se relee y completa el de Grosso y Salinas, sino que cobra vida propia y se ofrece al lector como una guía para quien desee adentrarse en la observación y el conocimiento de este rincón de la geografía andaluza”.
El libro de Grosso y Salinas se publicó por primera vez en Francia, en la editorial Ruedo Ibérico, al no estar permitido en España por la censura franquista.