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Hidrógeno verde y su integración con las biorrefinerías

21 Enero 2025

¿Sabías que el hidrógeno verde no solo es una de las claves para combatir el cambio climático, sino también un recurso con el potencial de revolucionar industrias completas? En un mundo cada vez más comprometido con la transición energética, este gas sostenible se posiciona como una solución indispensable para reducir emisiones de carbono, promover la economía circular y maximizar el uso de energías renovables.

En este artículo, exploraremos el papel del hidrógeno verde en uno de los sectores más innovadores: las biorefinerías. Desde su capacidad para producir biocombustibles avanzados hasta su contribución a la autosuficiencia energética, entenderemos cómo esta tecnología está transformando el panorama industrial. Además, analizaremos casos reales de éxito que demuestran cómo el hidrógeno verde no es solo una promesa del futuro, sino una realidad en expansión.

Prepárate para descubrir cómo el hidrógeno verde y las biorefinerías están marcando el camino hacia un futuro más sostenible y tecnológicamente avanzado.

¿Qué es el hidrógeno verde?

El hidrógeno verde es un gas compuesto por moléculas de hidrógeno (H₂) que destaca por ser limpio y sostenible. Se denomina "verde" porque su obtención no genera emisiones de gases de efecto invernadero ni depende de combustibles fósiles. Este tipo de hidrógeno utiliza energías renovables como base para su producción mediante electrólisis, garantizando un proceso respetuoso con el medio ambiente.

A diferencia de las fuentes de energía primaria como el petróleo o el gas natural, el hidrógeno verde actúa como un vector energético. Esto significa que no genera energía directamente, sino que almacena, transporta y distribuye energía de forma eficiente, adaptándose a diversas aplicaciones. Su uso final no produce contaminantes, ya que el único subproducto es agua, lo que lo convierte en una opción ideal para avanzar hacia la descarbonización global.

El hidrógeno verde es fundamental en la transición hacia una economía sostenible. Su capacidad para integrar energías renovables y reducir emisiones de carbono lo sitúa en el centro de políticas climáticas internacionales, contribuyendo de manera decisiva a alcanzar los objetivos climáticos globales.

Propiedades fundamentales del hidrógeno verde

Versatilidad

El hidrógeno verde destaca por su capacidad para adaptarse a diversas aplicaciones gracias a su rol como vector energético. Como se explicó anteriormente, no genera energía directamente, pero permite almacenarla, transportarla y convertirla en formas útiles, resolviendo desafíos como la intermitencia de las energías renovables y la necesidad de almacenamiento eficiente.

Aplicaciones principales de su versatilidad:

  1. Almacenamiento de energía renovable:
    El hidrógeno verde permite almacenar la electricidad sobrante generada por fuentes como el sol o el viento, equilibrando la oferta y la demanda energética en momentos de alta generación o baja demanda.
  2. Transporte de energía a largas distancias:
    El hidrógeno verde permite transportar energía desde regiones ricas en recursos renovables, como parques eólicos o solares. Esto lo hace ideal para conectar zonas con alta demanda energética pero limitada capacidad de generación.
  3. Conversión energética:
    Puede transformarse en electricidad mediante pilas de combustible o utilizarse como fuente de calor en procesos industriales, siendo una alternativa viable en sectores donde otras soluciones renovables tienen limitaciones.

Esta capacidad para adaptarse a múltiples aplicaciones refuerza su importancia como herramienta clave en la transición energética y en el aprovechamiento óptimo de los recursos renovables.

Densidad energética

El hidrógeno tiene una densidad energética excepcional, con aproximadamente 120 megajulios por kilogramo (MJ/kg), posicionándolo como uno de los vectores energéticos con mayor densidad energética por unidad de masa. Esta propiedad lo hace ideal para aplicaciones que requieren transportar grandes cantidades de energía en espacios pequeños, algo que resulta crítico en diversos sectores.

Sus aplicaciones clave gracias a su densidad energética son:

  1. Transporte pesado: Vehículos como camiones, autobuses y trenes, que necesitan largas autonomías y alta capacidad energética, se benefician enormemente de la alta densidad energética del hidrógeno.
  2. Aeronáutica y transporte marítimo: Sectores donde el peso y el espacio son factores limitantes clave, el hidrógeno ofrece una solución sostenible para reducir la dependencia de combustibles fósiles.

Sin embargo, su baja densidad volumétrica presenta desafíos técnicos para su almacenamiento y transporte. Esto requiere tecnologías avanzadas, ya sea presurización o almacenamiento en estado líquido a muy bajas temperaturas, para optimizar su manejo y distribución. A pesar de estas limitaciones, su alta densidad energética lo convierte en una herramienta poderosa en la transición hacia sistemas energéticos más sostenibles, especialmente en sectores industriales de gran demanda energética.

Reactividad química

El hidrógeno verde se define por su alta reactividad química, una propiedad que lo hace extremadamente eficiente en la liberación de energía. Al combinarse con otros elementos, como el oxígeno, el hidrógeno produce una reacción que libera una gran cantidad de energía, convirtiéndolo en un recurso clave para aplicaciones energéticas.

En las pilas de combustible, su reactividad permite generar electricidad mediante su reacción con el oxígeno, un proceso limpio y eficiente cuyo único subproducto es agua. Esta característica lo posiciona como una solución técnica ideal para sistemas energéticos sostenibles.

Además, la reactividad química del hidrógeno verde lo convierte en un elemento esencial para:

  • Producción de combustibles sintéticos: Al combinarse con dióxido de carbono (CO₂) capturado, permite la creación de combustibles renovables, contribuyendo a una economía circular.
  • Procesos industriales intensivos: Su uso en aplicaciones como la reducción de óxidos metálicos, por ejemplo en la siderurgia, elimina la necesidad de carbón y las emisiones de CO₂ asociadas.

Proceso de producción del hidrógeno verde

La electrólisis es el método principal para la producción de hidrógeno verde. Este proceso utiliza electricidad para dividir el agua (H₂O) en hidrógeno (H₂) y oxígeno (O₂) a través de un dispositivo llamado electrolizador. Durante la electrólisis, una corriente eléctrica aplicada al agua provoca la separación de sus moléculas: el hidrógeno se libera en el cátodo y el oxígeno en el ánodo.

El agua utilizada debe ser tratada, como agua desionizada, para evitar daños en los componentes del sistema. La electrólisis permite obtener hidrógeno de alta pureza, necesario para diversas aplicaciones industriales y energéticas.

Este proceso es esencial para la producción de hidrógeno verde, ya que garantiza un producto limpio cuando la electricidad utilizada proviene de fuentes renovables. La electrólisis es una tecnología clave en la transición hacia sistemas energéticos sostenibles.

Tecnologías principales para la electrólisis

Electrólisis alcalina

La electrólisis alcalina es una tecnología madura y ampliamente utilizada para la producción de hidrógeno a gran escala. Este método utiliza soluciones alcalinas, como hidróxido de potasio o sodio, como electrolito para facilitar la separación del agua (H₂O) en hidrógeno (H₂) y oxígeno (O₂). Durante el proceso, una corriente eléctrica fluye a través del electrolizador, provocando que el hidrógeno se libere en el cátodo y el oxígeno en el ánodo.

Ventajas:

  • Bajo coste: Es una de las tecnologías más económicas para la producción de hidrógeno.
  • Fiabilidad probada: Ha sido utilizada ampliamente en la industria durante décadas.
  • Adecuada para grandes volúmenes: Ideal para entornos industriales que priorizan la producción a gran escala.

Limitaciones:

  • Eficiencia energética menor: Comparada con tecnologías más modernas, su rendimiento energético es inferior.
  • Respuesta lenta a energías renovables intermitentes: No es ideal para sistemas que dependen de fuentes como la solar o la eólica, ya que su capacidad para adaptarse a fluctuaciones es limitada.

Electrólisis de Membrana de Intercambio Protónico (PEM)

La electrólisis de membrana de intercambio protónico (PEM) utiliza una membrana conductora de protones para separar el agua (H₂O) en hidrógeno (H₂) y oxígeno (O₂). Este proceso se lleva a cabo en un electrolizador donde los electrodos están recubiertos con materiales catalíticos avanzados, lo que facilita la reacción electroquímica. A diferencia de la electrólisis alcalina, el sistema PEM opera a presiones más altas, lo que permite obtener hidrógeno de mayor pureza, ideal para aplicaciones que requieren estándares técnicos elevados.

Ventajas:

  • Alta eficiencia y respuesta rápida: Es capaz de adaptarse fácilmente a variaciones en la electricidad generada por fuentes renovables como la solar o la eólica.
  • Producción de hidrógeno de alta pureza: Esto la hace especialmente adecuada para sectores que demandan hidrógeno de calidad superior, como la industria química o la producción de celdas de combustible.

Limitaciones:

  • Coste elevado: El uso de materiales caros, como el platino en los catalizadores, incrementa significativamente el costo inicial del sistema.
  • Sensibilidad al agua impura: Requiere agua desionizada o tratada, ya que las impurezas pueden dañar la membrana y otros componentes, lo que implica una mayor necesidad de pretratamiento.

Electrólisis de Óxido Sólido (SOEC)

La electrólisis de óxido sólido (SOEC) opera a temperaturas muy altas, generalmente entre 500 y 800 °C, utilizando una combinación de calor residual y electricidad para dividir el agua (H₂O) en hidrógeno (H₂) y oxígeno (O₂). Este proceso es endotérmico, lo que significa que el calor externo se aprovecha para reducir la cantidad de electricidad necesaria, mejorando significativamente la eficiencia energética del sistema.

Ventajas:

  • Alta eficiencia energética: La capacidad de combinar calor y electricidad permite optimizar los recursos energéticos, lo que la convierte en una solución ideal para entornos industriales que generan grandes cantidades de calor residual.
  • Adecuada para aplicaciones a gran escala: Es especialmente útil en proyectos donde la eficiencia energética y el aprovechamiento del calor son prioridades.

Limitaciones:

  • Tecnología emergente: Aunque prometedora, su grado limitado de implementación comercial restringe su adopción a corto plazo.
  • Costos elevados: Requiere materiales avanzados y sistemas especializados capaces de soportar altas temperaturas, lo que incrementa significativamente los costos iniciales y de mantenimiento.

Factores clave en la producción

Factores técnicos importantes

La producción de hidrógeno verde depende de varios factores técnicos esenciales que influyen directamente en su eficiencia y viabilidad. Estos incluyen la eficiencia del proceso, la pureza del agua utilizada y el consumo energético requerido.

Eficiencia del proceso

La eficiencia de la electrólisis se mide como la proporción de electricidad consumida que se convierte en hidrógeno utilizable, con valores típicos del 60-70% en las tecnologías actuales. Este rendimiento implica que una parte de la energía se pierde como calor durante el proceso, afectando directamente el consumo total de energía y los costes operativos. Maximizar esta eficiencia es clave para aumentar la competitividad del hidrógeno verde.

Pureza del agua

Los electrolizadores requieren agua tratada, como agua desionizada, para evitar la acumulación de impurezas que puedan dañar los electrodos y reducir la vida útil del sistema. Este requisito introduce un nivel adicional de complejidad, ya que implica no solo disponer de agua de alta pureza, sino también asegurar su disponibilidad constante en ubicaciones donde se instalan plantas de producción.

Consumo energético

El proceso de electrólisis requiere entre 50 y 60 kWh de electricidad por cada kilogramo de hidrógeno producido. Este consumo energético varía según la tecnología utilizada y las condiciones operativas, como la temperatura y la presión. Reducir este consumo es fundamental para abaratar el coste del hidrógeno verde y mejorar su competitividad frente a otras variantes de hidrógeno.

Costes de producción

El coste de producción del hidrógeno verde es actualmente más alto en comparación con otras variantes, como el hidrógeno gris o azul. Este mayor coste refleja los desafíos tecnológicos y económicos asociados a su producción mediante electrólisis alimentada por energías renovables.

Coste actual

El hidrógeno verde tiene un coste aproximado de 4-6 USD por kilogramo, mientras que el hidrógeno gris o azul, producido a partir de gas natural con o sin captura de carbono, ronda los 1-2 USD por kilogramo. Esta diferencia se debe principalmente al uso de electricidad renovable, cuyos precios son más altos en comparación con las fuentes fósiles, y a los costes iniciales elevados de las tecnologías empleadas.

Factores que influyen en los costes

  1. Precio de las energías renovables:
    La electricidad renovable utilizada en la electrólisis es el componente principal del coste de producción. A medida que las tecnologías renovables como la solar y la eólica se vuelven más asequibles, se espera una reducción progresiva en los costes del hidrógeno verde.
  2. Coste de los electrolizadores:
    Los equipos de electrólisis representan una inversión inicial significativa, especialmente cuando requieren materiales avanzados como el platino en algunos de sus componentes. Este factor limita su adopción a gran escala y contribuye al alto coste por kilogramo producido.
  3. Mantenimiento:
    Los sistemas de electrólisis requieren mantenimiento periódico para garantizar su rendimiento óptimo, lo que supone un coste operativo adicional. Este aspecto incluye el reemplazo de componentes desgastados y el tratamiento continuo del agua utilizada en el proceso.

Integración del hidrógeno verde con las biorefinerías

Las biorefinerías son instalaciones industriales que procesan biomasa, es decir, materia orgánica de origen vegetal o animal, para convertirla en una amplia gama de productos útiles. Entre estos se incluyen biocombustibles, como el biodiésel o el bioetanol; productos químicos de alto valor añadido, como bioplásticos o solventes; y energía renovable en forma de calor o electricidad. Estas plantas representan un modelo avanzado de sostenibilidad, ya que maximizan el aprovechamiento de los recursos naturales al transformar residuos orgánicos en productos valiosos, promoviendo así la economía circular y la reducción de residuos.

El hidrógeno verde potencia las biorefinerías al descarbonizar sus procesos y optimizar el uso de biomasa. Su uso como insumo para producir biocombustibles avanzados y como fuente de energía limpia refuerza la sostenibilidad y la eficiencia de estas instalaciones.

A continuación, se detalla cómo el hidrógeno verde contribuye directamente en procesos químicos, suministro energético y en la integración de la economía circular en las biorefinerías.

Aplicaciones del hidrógeno verde en biorefinerías

Procesos químicos

Hidrogenación de biocombustibles
El hidrógeno verde se utiliza ampliamente en la hidrogenación de aceites vegetales y grasas animales, un proceso esencial para la producción de biocombustibles avanzados como el biodiésel y el bioqueroseno. Durante esta transformación, el hidrógeno interactúa con los compuestos de biomasa, eliminando impurezas y saturando enlaces insaturados. Este tratamiento mejora significativamente las propiedades físico-químicas de los combustibles, aumentando su estabilidad térmica y su rendimiento energético, lo que los hace más adecuados para motores modernos y estándares de calidad exigentes.

Síntesis de productos químicos
La combinación del hidrógeno verde con compuestos derivados de biomasa, como el dióxido de carbono capturado, permite la producción de productos químicos de alto valor añadido. Entre los más destacados se encuentran el metanol y el etanol, moléculas clave en la industria química y energética. Estos productos no solo amplían el alcance de las biorefinerías, sino que también refuerzan su capacidad para generar recursos sostenibles que sirvan como materia prima para plásticos biodegradables, solventes y combustibles avanzados.


Suministro energético

Generación de calor y electricidad
El hidrógeno verde es una solución eficaz para cubrir las demandas energéticas internas de las biorefinerías. Su uso como combustible en celdas de combustible permite generar electricidad y calor de forma simultánea, garantizando un aprovechamiento energético altamente eficiente. Este calor es esencial para los procesos industriales que requieren temperaturas elevadas, mientras que la electricidad generada elimina la necesidad de recurrir a fuentes externas de energía. Este enfoque refuerza la autosuficiencia energética de las biorefinerías y reduce su dependencia de combustibles fósiles.

Almacenamiento de energía
La capacidad del hidrógeno para almacenar energía lo convierte en un recurso clave para gestionar la intermitencia de las fuentes renovables, como la solar o la eólica. Al actuar como un medio de almacenamiento energético, permite equilibrar las fluctuaciones en la generación de electricidad, asegurando un suministro constante y fiable. Esta versatilidad energética garantiza que las biorefinerías puedan mantener operaciones ininterrumpidas incluso en condiciones de baja generación renovable, optimizando tanto la sostenibilidad como la eficiencia operativa.

 

Economía circular

Utilización de CO₂ capturado
El hidrógeno verde desempeña un papel crucial en la integración de la economía circular dentro de las biorefinerías al reaccionar con el dióxido de carbono capturado durante los procesos de conversión de biomasa. Esta interacción permite la producción de combustibles sintéticos, como el metanol y el queroseno renovable, que no solo ofrecen un alto rendimiento energético, sino que también contribuyen a la reducción de emisiones al reutilizar un residuo como el CO₂. Este enfoque cierra el ciclo del carbono, minimizando el impacto ambiental de las operaciones industriales.

Valorización de residuos
La incorporación del hidrógeno verde en los procesos de las biorefinerías facilita la transformación de residuos orgánicos en productos de alto valor añadido. Al maximizar el uso de los recursos disponibles, esta integración no solo optimiza la eficiencia de los procesos industriales, sino que también refuerza el compromiso de las biorefinerías con la sostenibilidad, reduciendo al mínimo la generación de desechos y promoviendo un modelo de producción más limpio y eficiente.

Ejemplos de biorrefinerías integradas con hidrógeno verde

El uso del hidrógeno verde en biorefinerías no solo es una propuesta teórica, sino una realidad tangible en diversas instalaciones alrededor del mundo. A continuación, se presentan ejemplos destacados que demuestran cómo estas tecnologías están revolucionando la producción de biocombustibles y productos químicos, promoviendo la sostenibilidad y la economía circular.

Ejemplo 1: La biorrefinería de Örnsköldsvik, Suecia

En Suecia, la biorrefinería de Örnsköldsvik ha integrado el hidrógeno verde en su proceso de producción de metanol renovable, un combustible esencial para aplicaciones químicas y energéticas. El hidrógeno verde se obtiene a través de electrólisis alimentada por fuentes de energía renovable, como la eólica y la hidráulica, y se combina con el dióxido de carbono capturado durante la fermentación de biomasa.
Resultados preliminares:

  • Reducción de emisiones: Disminución del 30% en las emisiones de CO₂ del proceso global, gracias a la reutilización del dióxido de carbono capturado.
  • Eficiencia energética: Incremento del 20% en la eficiencia energética mediante la integración de recursos renovables y la utilización del CO₂ como insumo.
  • Producción anual: Más de 10,000 toneladas de metanol renovable, utilizadas principalmente como combustible y materia prima en la industria química.
    Este caso subraya cómo las biorefinerías pueden cerrar el ciclo del carbono y maximizar el uso de los recursos disponibles, convirtiendo un residuo problemático en un producto de alto valor añadido.

Ejemplo 2: Proyecto REH2BIO en España

El proyecto REH2BIO, desarrollado en España por un consorcio de empresas y centros de investigación, destaca por su enfoque en la integración del hidrógeno verde para la producción de biocombustibles avanzados y productos químicos. En este proyecto, el hidrógeno verde se utiliza para:

  1. Hidrogenar aceites vegetales y grasas animales: Mejorando la calidad de los biocombustibles, como el biodiésel, al incrementar su estabilidad térmica y su compatibilidad con motores modernos.
  2. Generar energía limpia: Alimentando celdas de combustible que cubren las necesidades energéticas internas de la planta.

Resultados preliminares:

  • Calidad mejorada: Producción de biodiésel conforme a los estándares europeos de calidad para combustibles.
  • Autosuficiencia energética: Alcance del 40% de autosuficiencia energética en la planta mediante el uso de hidrógeno verde en celdas de combustible.
  • Reducción de costes: Disminución del 25% en los costes energéticos operativos al aprovechar fuentes internas de energía renovable.
    El proyecto REH2BIO demuestra cómo es posible lograr una valorización eficiente de residuos agrícolas, promoviendo la economía circular y reduciendo la dependencia de fuentes fósiles.

Proyección futura del hidrógeno verde en las biorefinerías

El hidrógeno verde tiene un futuro prometedor en las biorefinerías, con el potencial de transformar completamente la forma en que se producen biocombustibles y productos químicos. En los próximos años, se espera que los costes de producción del hidrógeno verde disminuyan significativamente gracias a avances tecnológicos en electrólisis y al abaratamiento de las energías renovables. Esto permitirá su adopción masiva y consolidará su papel como un recurso clave en la transición energética global.

Las biorefinerías del futuro serán instalaciones altamente eficientes y sostenibles, capaces de generar sus propios recursos energéticos y maximizar el aprovechamiento de la biomasa. El hidrógeno verde permitirá que estas plantas sean autosuficientes, al actuar como una fuente de energía limpia y como un insumo esencial en procesos químicos avanzados. Además, su capacidad para almacenar energía equilibrará la intermitencia de fuentes renovables, asegurando un suministro constante y fiable.

Aunque todavía existen retos, como la necesidad de mejorar infraestructuras y fomentar políticas que impulsen la inversión en tecnologías verdes, el camino hacia la integración total del hidrógeno verde está en marcha. De cara a 2050, las biorrefinerías integradas con hidrógeno verde serán un modelo de sostenibilidad, liderando la producción de energía limpia y reduciendo drásticamente las emisiones de carbono a nivel global.

Este futuro no solo contribuirá a cumplir los objetivos climáticos internacionales, sino que también demostrará cómo la innovación tecnológica puede impulsar una economía más sostenible y resiliente.

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