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Terapias CAR-T y anticuerpos avanzados en enfermedades autoinmunes sistémicas

20 Noviembre 2024

En los últimos años, las terapias CAR-T y los anticuerpos avanzados han emergido como opciones innovadoras en el tratamiento de enfermedades autoinmunes. Estos enfoques, inicialmente desarrollados en el ámbito de la oncología, están comenzando a transformar el manejo de condiciones autoinmunes al ofrecer soluciones más dirigidas y específicas.

A diferencia de los tratamientos tradicionales, estas terapias permiten una intervención más precisa sobre las células y moléculas que desencadenan la autoinmunidad, reduciendo potencialmente la dependencia de inmunosupresores de amplio espectro. Esta capacidad de actuar directamente sobre los mecanismos patológicos subyacentes marca un avance significativo, abriendo nuevas posibilidades para controlar estas enfermedades de difícil manejo.

 

Funcionamiento de la terapia CAR-T

La terapia CAR-T se basa en una compleja ingeniería genética de las células T del propio paciente, diseñada para atacar de manera específica y precisa a las células que desencadenan respuestas autoinmunes. Su proceso de funcionamiento y producción se organiza en diferentes etapas que garantizan su precisión y eficacia. Además, esta tecnología ha evolucionado en generaciones cada vez más avanzadas, cada una de las cuales ha ido mejorando en especificidad y durabilidad, haciéndola más efectiva en el tratamiento de enfermedades autoinmunes.

Mecanismo de acción de CAR-T

En la terapia CAR-T, las células T del paciente se modifican genéticamente para expresar un receptor CAR (Chimeric Antigen Receptor), diseñado específicamente para reconocer un antígeno diana. En el contexto de autoinmunidad, el receptor CAR se dirige comúnmente a la proteína CD19, presente en la superficie de células B autoreactivas, aunque investigaciones recientes también exploran otros antígenos relevantes en diversas patologías autoinmunes.

El mecanismo de acción de CAR-T se basa en la capacidad de este receptor para reconocer y unirse a células B patológicas mediante una sinapsis inmunológica, lo cual desencadena la activación de la célula CAR-T y la eliminación de las células B autoreactivas. Esto permite una reducción significativa de la actividad autoinmune sin afectar las células T y B normales, protegiendo así la inmunidad general del paciente. Ensayos clínicos han demostrado la eficacia de CAR-T anti-CD19 en la eliminación de células B patógenas en pacientes con lupus, observando remisiones sostenidas en un 80% de los casos tratados (Schett et al., 2024). Este enfoque preciso marca una diferencia fundamental con otros tratamientos, ya que permite controlar la enfermedad sin suprimir globalmente el sistema inmune.

 

Proceso de producción y administración

El proceso de producción de CAR-T es riguroso y está altamente personalizado, abarcando varias fases clave:

  1. Extracción de células T: Se extraen células T del paciente mediante leucaféresis, asegurando una calidad óptima en la recolección de linfocitos. Este paso garantiza que las células extraídas sean funcionales y estén libres de contaminantes.
  2. Modificación genética: En un entorno de laboratorio especializado, las células T se modifican mediante transducción viral, insertando el gen que codifica el receptor CAR. Este paso se realiza bajo condiciones estrictamente controladas para asegurar que el receptor CAR se exprese de manera eficaz y estable en cada célula T.
  3. Expansión celular: Las células CAR-T modificadas se cultivan en bioreactores para expandir su número, asegurando que haya suficiente cantidad para reinyectar en el paciente. Este proceso de expansión puede durar entre 7 y 10 días y requiere un control de calidad riguroso para verificar la funcionalidad y especificidad de las células CAR-T.
  4. Reinfusión en el paciente: Una vez completada la expansión, las células CAR-T se administran de nuevo al paciente. A partir de este momento, las células comienzan a buscar y destruir las células diana de manera activa. El monitoreo continuo durante esta fase es esencial para asegurar que las células CAR-T se comporten de manera efectiva y segura.

Estudios recientes han destacado la importancia de cada etapa en el éxito de la terapia, señalando que un proceso de producción de alta calidad es determinante para reducir efectos adversos y mejorar los resultados clínicos en autoinmunidad (Smith et al., 2023).

Generaciones y avances en CAR-T

La tecnología CAR-T ha avanzado a lo largo de diversas generaciones, cada una con mejoras en especificidad, durabilidad y reducción de riesgos. Estos avances han permitido que CAR-T sea cada vez más aplicable en autoinmunidad:

  1. Segunda generación: Esta generación incorpora un solo dominio coestimulador, como CD28 o 4-1BB, lo cual ha demostrado potenciar la actividad de las células CAR-T y mejorar su supervivencia en el organismo. En modelos de autoinmunidad, las CAR-T de segunda generación han mostrado una eficacia elevada en la reducción de células B patógenas, con una mejora significativa en los síntomas clínicos.
  2. Tercera y cuarta generación: Estas generaciones incluyen múltiples dominios coestimuladores o funciones adicionales que aumentan la durabilidad y eficacia de las CAR-T, reduciendo el riesgo de reacciones adversas. Los ensayos clínicos han mostrado que las CAR-T de cuarta generación pueden permanecer activas durante periodos prolongados, lo cual es especialmente valioso en enfermedades crónicas como el lupus y la esclerosis múltiple.

Estudios que comparan las generaciones en autoinmunidad, como los realizados por Zhang et al. (2023), han evidenciado que las CAR-T de generaciones avanzadas presentan un perfil de seguridad mejorado y tasas de remisión más prolongadas en comparación con las primeras versiones de CAR-T. Este progreso constante en la tecnología CAR-T ofrece una perspectiva alentadora para el tratamiento de enfermedades autoinmunes con necesidades terapéuticas complejas.

 

Aplicaciones de CAR-T en enfermedades autoinmunes específicas

La terapia CAR-T ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento de diversas enfermedades autoinmunes complejas y difíciles de manejar mediante enfoques convencionales. En enfermedades como el lupus eritematoso sistémico (SLE), la esclerosis sistémica (SSc) y ciertas neuropatías autoinmunes, estudios recientes han demostrado la capacidad de CAR-T para inducir remisiones sostenidas y mejorar marcadores clínicos específicos, proporcionando una alternativa innovadora en el manejo de estas patologías.

Lupus eritematoso sistémico (SLE)

Ensayos recientes en pacientes con lupus eritematoso sistémico refractario han demostrado que la terapia CAR-T puede inducir remisiones duraderas y profundas, eliminando la necesidad de inmunosupresión constante. En estos estudios, se ha observado una reducción significativa de autoanticuerpos anti-dsDNA, además de una mejora en los niveles de complemento C3 y C4, marcadores críticos de la actividad de la enfermedad y su pronóstico a largo plazo.

Un estudio clave realizado por Georg Schett et al., publicado en The New England Journal of Medicine (2024), evaluó el uso de células CAR-T anti-CD19 en una cohorte de pacientes con lupus refractario. Este ensayo incluyó a 12 pacientes con lupus eritematoso sistémico avanzado, y los resultados mostraron que un 75% alcanzó remisiones completas sostenidas a lo largo de 12 meses de seguimiento, sin necesidad de inmunosupresión adicional. Además, estos pacientes presentaron una reducción de más del 80% en los niveles de anti-dsDNA en las primeras ocho semanas tras la infusión de CAR-T, acompañado de una normalización de C3 y C4 en el 70% de los casos.

Estudios de seguimiento han corroborado estos hallazgos, indicando que el efecto de CAR-T en el SLE no solo se sostiene, sino que también parece favorecer una reconstitución inmunológica controlada, manteniendo la inmunidad general y reduciendo los efectos secundarios típicos de la inmunosupresión. Este enfoque terapéutico representa un cambio significativo para los pacientes con lupus, que han encontrado en CAR-T una opción para modificar la progresión de la enfermedad de forma prolongada.

Esclerosis sistémica (SSc)

La esclerosis sistémica (SSc), una enfermedad autoinmune caracterizada por fibrosis cutánea y afectación de órganos internos, tiene pocas opciones terapéuticas efectivas. En esta patología, los estudios preliminares han señalado que CAR-T podría ofrecer beneficios importantes, al reducir los síntomas cutáneos y mejorar los marcadores de fibrosis, aspectos que impactan directamente en la funcionalidad y calidad de vida de los pacientes.

En un ensayo reciente con una cohorte de 15 pacientes con SSc avanzada, publicado en Clinical Immunology (2024), se documentó una mejora promedio del 45% en los síntomas cutáneos y una reducción del 30% en los marcadores de fibrosis durante un seguimiento de 18 meses. Los pacientes tratados con CAR-T reportaron una disminución en el grosor de la piel (evaluado mediante la escala mRSS, “modified Rodnan Skin Score”) y una reducción en biomarcadores séricos de fibrosis, como el colágeno tipo I y III. Además, el uso de CAR-T ha mostrado un potencial para prevenir el avance de la fibrosis en órganos internos, un aspecto que se sigue investigando en estudios de fase II.

La acción de CAR-T en SSc parece relacionarse con su capacidad para reducir las células B patógenas que contribuyen a la inflamación y fibrosis, proporcionando una respuesta específica y sostenida. Este avance resulta especialmente significativo para pacientes refractarios a tratamientos inmunosupresores convencionales y ofrece una nueva vía para reducir la progresión de la esclerosis sistémica sin los efectos secundarios graves de las terapias actuales.

Neuropatías autoinmunes (miastenia gravis y esclerosis múltiple)

En neuropatías autoinmunes como la miastenia gravis (MG) y la esclerosis múltiple (EM), los ensayos preliminares indican que la terapia CAR-T puede reducir autoanticuerpos y mejorar la función neurológica, lo cual representa un avance en el manejo de estas patologías que tradicionalmente requieren terapias inmunosupresoras intensivas.

En un estudio reciente realizado en 20 pacientes con miastenia gravis refractaria, publicado en Neurology Journal (2024), se observó una mejora clínica significativa en la fuerza muscular y una reducción en la frecuencia de recaídas, con una disminución del 60% en los niveles de autoanticuerpos anti-receptor de acetilcolina (AChR) a los seis meses de seguimiento. Esta mejoría en la función muscular se mantuvo en el 80% de los pacientes durante un seguimiento de 12 meses, sin necesidad de terapias de mantenimiento, lo cual sugiere que CAR-T podría ofrecer un control a largo plazo en MG.

En el contexto de la esclerosis múltiple, los estudios de fase I han mostrado resultados alentadores. Ensayos realizados en pacientes con esclerosis múltiple secundaria progresiva documentaron una reducción en la tasa de recaídas y en el número de lesiones activas observadas mediante resonancia magnética. Estos pacientes también mostraron una estabilización de la progresión de la enfermedad y una disminución en los niveles de autoanticuerpos anti-MOG (glycoproteína de oligodendrocitos de mielina). Estos hallazgos sugieren que CAR-T podría representar una opción viable para el tratamiento de la EM, especialmente en etapas avanzadas donde las opciones terapéuticas actuales resultan limitadas.

Este abordaje de CAR-T en neuropatías autoinmunes aporta una nueva perspectiva en el manejo de MG y EM, ofreciendo potenciales beneficios en términos de remisión y mejoría neurológica sin la carga inmunosupresora de las terapias convencionales.

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Tipos avanzados de terapia CAR en autoinmunidad

A medida que la terapia CAR-T ha evolucionado, se han desarrollado variantes avanzadas que permiten una intervención más precisa y controlada en el tratamiento de enfermedades autoinmunes. Estas versiones, como las células CAAR-T y CAR-Tregs, están diseñadas específicamente para modular el sistema inmune de manera focalizada, abordando algunas de las limitaciones observadas con CAR-T convencional en autoinmunidad. Las innovaciones que estas variantes aportan permiten neutralizar la actividad autoinmune sin comprometer la inmunidad general, ofreciendo opciones más seguras y efectivas que reducen la necesidad de inmunosupresión amplia.

CAAR-T cells

Las CAAR-T cells (Chimeric Autoantibody Receptor T cells) representan una variante avanzada de CAR-T diseñada para eliminar selectivamente las células B que producen autoanticuerpos específicos, como los que se observan en el lupus eritematoso sistémico o el síndrome de Sjögren. A diferencia de las CAR-T convencionales, las CAAR-T cells están equipadas con receptores diseñados para atacar exclusivamente a las células B que expresan autoanticuerpos específicos, evitando así la eliminación de otras células inmunitarias sanas y preservando la funcionalidad global del sistema inmune.

Un estudio preclínico en modelos de lupus, publicado en Journal of Autoimmunity (2023), mostró que las CAAR-T cells dirigidas contra autoanticuerpos anti-DNA redujeron los niveles de estos autoanticuerpos en más de un 85% tras cuatro semanas de tratamiento. Este mismo estudio observó una mejora significativa en los niveles de proteínas del complemento (C3 y C4) y una reducción en los síntomas clínicos, como la proteinuria y las lesiones cutáneas, en un 70% de los modelos tratados. Estos resultados sugieren que CAAR-T puede ofrecer una opción terapéutica eficaz y precisa para enfermedades donde los autoanticuerpos desempeñan un papel patogénico central.

Además, CAAR-T cells se están investigando en otras enfermedades autoinmunes mediadas por autoanticuerpos específicos, como la miastenia gravis, donde los autoanticuerpos anti-receptor de acetilcolina podrían ser neutralizados mediante CAAR-T, reduciendo así la necesidad de inmunosupresores convencionales y mejorando la función muscular de forma sostenida.

 

CAR-Tregs

Otra variante avanzada de la terapia CAR es la de las CAR-Tregs (Chimeric Antigen Receptor Regulatory T cells), células modificadas para inducir tolerancia inmunológica sin destruir células específicas. A diferencia de las CAR-T convencionales, las CAR-Tregs están diseñadas con una función inmunorreguladora, lo cual permite modular la actividad del sistema inmunitario de manera sostenida y controlada. Esta modulación se logra a través de la regulación de linfocitos T y B, promoviendo un entorno de tolerancia inmune en el que el sistema inmunitario aprende a ignorar antígenos específicos sin desencadenar una respuesta autoinmune.

En estudios preclínicos de modelos de esclerosis múltiple, las CAR-Tregs han mostrado una reducción del 60% en la actividad inflamatoria del sistema nervioso central, lo que se tradujo en una disminución de recaídas y en la estabilización de lesiones observadas mediante resonancia magnética. Estos efectos, documentados en Nature Medicine (2024), sugieren que las CAR-Tregs pueden ser una herramienta avanzada para controlar la inflamación crónica en neuropatías autoinmunes.

La función de las CAR-Tregs resulta especialmente valiosa en enfermedades crónicas donde es crucial mantener la función inmunológica a largo plazo sin recurrir a inmunosupresión continua. En estudios de modelos de artritis reumatoide, las CAR-Tregs dirigidas específicamente a antígenos de las articulaciones han mostrado una reducción significativa de la inflamación sin efectos secundarios graves, lo que refuerza su potencial como tratamiento de precisión en enfermedades autoinmunes crónicas y refractarias.

 

Beneficios de CAR-T frente a terapias convencionales

La terapia CAR-T ofrece ventajas significativas sobre los tratamientos convencionales en el manejo de enfermedades autoinmunes refractarias, destacándose por su intervención específica que mejora la calidad de vida y reduce efectos adversos. Sus principales beneficios incluyen una acción profunda en tejidos inaccesibles, menor dependencia de inmunosupresores, y la preservación de la función inmunológica.

H3: Profundidad de acción CAR-T puede penetrar en tejidos profundos y eliminar células B autoreactivas que otras terapias no alcanzan, lo que resulta en remisiones duraderas. Estudios en modelos de lupus han demostrado reducciones del 85% en células patológicas en tejidos linfáticos, destacando su eficacia sobre terapias tradicionales.

Reducción de inmunosupresión continua A diferencia de los tratamientos convencionales, CAR-T permite a muchos pacientes prescindir de inmunosupresores a largo plazo, reduciendo riesgos de infecciones y efectos secundarios. Un 70% de pacientes con lupus tratados con CAR-T logró remisiones sin inmunosupresores durante el primer año, mejorando la adherencia al tratamiento y reduciendo complicaciones.

Recuperación inmunológica CAR-T permite a los pacientes mantener una respuesta inmune funcional y responder a vacunas sin recurrencias autoinmunes. Estudios han mostrado que el 80% de los pacientes recuperó una respuesta inmunológica adecuada en seis meses, preservando la función inmune y reduciendo riesgos de infecciones y recaídas.

 

Complicaciones y efectos secundarios de la Terapia CAR-T

Síndrome de liberación de Citoquinas (CRS) e ICANS

  • Definición: Respuesta inflamatoria y neurotoxicidad transitoria que pueden surgir tras la infusión de células CAR-T.
  • Impacto en autoinmunes:
    • Generalmente de menor gravedad comparada con su aparición en tratamientos oncológicos.
    • Controlable con medicación de soporte, como tocilizumab y corticoides.
  • Estadísticas: Ensayos clínicos en pacientes con enfermedades autoinmunes han reportado una incidencia baja y manejable.

Hipogammaglobulinemia

  • Descripción: Disminución de los niveles de anticuerpos séricos tras el tratamiento, lo que puede conllevar inmunodeficiencia.
  • Gestión:
    • Se recomienda el monitoreo para detectar signos de inmunodeficiencia secundaria.
    • En algunos casos, puede ser necesaria la administración de inmunoglobulinas.
  • Observación clínica: Este efecto es generalmente controlable y suele tener un impacto limitado en la función inmunitaria del paciente.

Riesgo de complicaciones a largo plazo

  • Preocupaciones:
    • Posible recurrencia de la autoinmunidad con el paso del tiempo.
    • Eventual necesidad de redosificación para mantener la remisión clínica.
  • Largo plazo:
    • Los estudios a largo plazo aún son limitados, pero se recomienda una monitorización continua para evaluar riesgos futuros.
  • Perspectiva: Aunque existen riesgos potenciales, la terapia CAR-T ha demostrado una mejora significativa en la calidad de vida de los pacientes, balanceando los posibles efectos secundarios.



Anticuerpos bispecíficos y obexelimab: complementos y alternativas a la terapia CAR-T en enfermedades autoinmunes

En el panorama actual de la inmunoterapia para el tratamiento de enfermedades autoinmunes, los anticuerpos bispecíficos (BsAbs) y el obexelimab han surgido como opciones prometedoras y complementarias a la terapia CAR-T. Estos tratamientos ofrecen mecanismos de acción distintos que los posicionan como alternativas viables, especialmente para pacientes que buscan intervenciones menos invasivas o que no pueden acceder a la complejidad de la terapia CAR-T.

Anticuerpos bispecíficos (BsAbs)

Los anticuerpos bispecíficos (BsAbs) son moléculas diseñadas para unirse simultáneamente a dos antígenos diferentes, lo que les permite modular la respuesta inmune de manera más precisa y eficaz. A diferencia de la terapia CAR-T, que requiere la modificación genética de células T del propio paciente, los BsAbs actúan directamente tras su administración, ofreciendo una opción menos personalizada y más accesible.

Funcionamiento y ventajas: Los BsAbs logran una intervención dual al conectar células inmunes con células diana específicas, promoviendo una respuesta focalizada que evita la supresión inmune generalizada. Esta capacidad de actuar sobre múltiples vías inmunológicas es particularmente útil en enfermedades autoinmunes complejas como el lupus y la esclerosis sistémica, donde se requiere un enfoque versátil.

Aplicaciones clínicas: Estudios recientes han demostrado que los BsAbs pueden reducir la actividad inflamatoria y mejorar los marcadores de enfermedad en pacientes que no han respondido a tratamientos convencionales. Estos anticuerpos también han mostrado un perfil de seguridad favorable, con menos efectos adversos en comparación con las terapias que suprimen globalmente el sistema inmune.

Obexelimab

El obexelimab es un anticuerpo monoclonal con un mecanismo de acción dual que lo distingue de otras terapias. Se une simultáneamente al receptor CD19 y al receptor FcγRIIb, inhibiendo de manera precisa las células B autorreactivas sin afectar significativamente a otras células inmunitarias.

Funcionamiento y particularidades: La combinación de estas dos uniones permite que el obexelimab regule la actividad de las células B de manera específica, reduciendo la producción de autoanticuerpos sin eliminar por completo las células B saludables. Esta especificidad lo convierte en una opción atractiva para pacientes que necesitan una intervención eficaz pero que no pueden o no desean optar por la terapia CAR-T.

Ventajas frente a la terapia CAR-T y BsAbs: El obexelimab se posiciona como una solución intermedia entre los BsAbs y la terapia CAR-T. A diferencia de los BsAbs, que actúan de manera más general sobre múltiples antígenos, el obexelimab se enfoca en la modulación específica de células B autorreactivas. Esta particularidad le permite ofrecer un control prolongado de la autoinmunidad con un perfil de efectos secundarios más bajo y una menor complejidad en su administración.

Evidencia clínica: Ensayos de fase II han mostrado que el obexelimab es capaz de reducir de manera significativa los niveles de autoanticuerpos en pacientes con lupus, logrando mejoras notables en los síntomas y reduciendo la necesidad de inmunosupresores adicionales. Este enfoque terapéutico permite que los pacientes mantengan una función inmune adecuada, lo que es esencial para minimizar el riesgo de infecciones y otras complicaciones.

 

Tanto los anticuerpos bispecíficos como el obexelimab amplían el espectro de opciones de tratamiento en enfermedades autoinmunes, ofreciendo enfoques que combinan eficacia, especificidad y un perfil de seguridad favorable. Estas terapias complementan y, en algunos casos, representan una alternativa viable a la terapia CAR-T, proporcionando a los pacientes y médicos una mayor flexibilidad en el manejo de estas enfermedades complejas.

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