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19 Septiembre 2012
Comunicados de prensa

El estudio de las bacterias en relación con su entorno, en los cursos de la UNIA

El estudio de la relación del hombre con las bacterias en la sociedad actual, tanto por las enfermedades que producen como por la relevancia que tienen en el medio ambiente, es el objeto de estudio del encuentro de “Microbiología” que desde hoy se está desarrollando en la sede de La Cartuja de la UNIA en Sevilla.

 Sus directores, Agustín Vioque y Alicia Muro (Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis de la Universidad de Sevilla/CSIC), acompañados por Evaristo Suárez, catedrático de Microbiología de la Universidad de Oviedo, y Marina Manrique, de Era7 Bioinformatics; han presentado ante los medios de comunicación los temas tratados, incidiendo especialmente en las bacterias lácteas.

El director del curso ha comentado que “el objetivo de este curso es presentar los últimos avances en el campo de la microbiología  y su importancia en la sociedad desde el punto de vista de la alimentación". "Nuestro organismo está lleno de bacterias, conviven con nosotros, e, incluso, pueden ser útiles para resolver problemas de contaminación medioambiental”, explicó.

A continuación, Evaristo Suárez acercó su campo de especialización: los pro-bióticos y las bacterias lácteas, que, según dijo, “cambian sabores, textura, diversifican y aumentan el periodo útil de consumo de la lecha, allgo que también sucede con los embutidos o las aceitunas”. Centrándose en las bacterias pro-bióticas, Suárez incidió en que “su importancia es doble, por un lado funcionan como activos fermentadores y, por otro, como miembro de la microbiótica autóctona, que se encuentra en las mucosas (tubo digestivo y tracto genital)”. Según comentó, “tienen un efecto beneficiosos porque impiden que se desarrollen organismos patógenos y mantienen la salud allí donde habitan”.

En este sentido, también se refirió a la poca atención que les prestamos a este tipo de bacterias, ya que “como están siempre ahí, no somos conscientes de que nos defienden”.  Estas bacterias se pueden utilizar como pro-bióticas, “hay bacterias que, cuando desaparecen, se sufre una infección; si las introducimos en el organismo se puede revertir el efecto”, aseveró.

A pesar de esto, incidió en que “no existen medicamentos como tales, hay productos de parafarmacia y alimentos, denominados ‘alimentos funcionales’, que producen un beneficio”. En esta línea, añadió que “hay mucha literatura y fantasía, pero solo se han contrastado los relacionados con la intolerancia a la lactosa o diarreicos”.

Por último, el catedrático de Microbiología expuso que, “para que se pueda asimilar la lactosa, es necesaria una proteína que la rompe en dos partes". "Todos los mamíferos durante la etapa inicial tenemos esa proteína, pasando el periodo de lactancia el individuo no podría tomar leche, porque el estómago pierde la capacidad de romper la lactosa y resulta tóxica. Los individuos de raza blanca hemos sufrido una modificación genética, por la que no se pierde nunca esta proteína. Sin embargo, al modificar la leche con bacterias, sus derivados no producen este efecto”, concluyó.

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