Expertos botánicos afirman en la UNIA que la plaga del picudo rojo de palmera podría haberse evitado

Sevilla, 16 de septiembre de 2014.- Expertos en Botánica han asegurado que la plaga de picudo rojo que afecta a la palmera canaria “podría haberse evitado” si se hubieran “tratado las plantas y evitado la implantación de palmeras importadas de Egipto y Túnez, a fin de abaratar costes, que han traído el insecto”. Así lo han manifestado hoy martes en una rueda de prensa con motivo del encuentro que organiza la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en el Campus La Cartuja de Sevilla sobre El verde urbano. Ventajas e inconvenientes, en el que participan profesionales del sector de diversas áreas. 

El biólogo y académico numerario de la Academia Malagueña de Ciencias Ernesto Fernández se ha referido a esta situación como un problema que parte de “una cuestión económica”. “Se trajeron muchas palmeras de Egipto y Túnez que eran bastantes más baratas y estas estaban contaminadas, es un insecto del cocotero y aquí no existen depredadores que lo destruyan”, afirmó.

El catedrático de Botánica de la Universidad de Sevilla (US) y director del encuentro, Benito Valdés, ha dicho que esa implantación de palmeras egipcias y tunecinas es “un gran error”, y ha señalado que “la normativa actual al respecto las prohíbe”, de manera que “muchas veces se saltan a la torera estas cuestiones y vienen las plantas contaminadas”. 

Por su parte, el también ponente del encuentro y catedrático de Ecología de la US y académico numerario de la Academia Iberoamericana de la Rábida, Enrique Figueroa, ha calificado de “sinvergonzonería” y “debilidad” este asunto, explicando que “se han comprado estas palmeras sin papeles, y los propios ayuntamientos han gastado dinero público en tratar las palmeras públicas sin imponer que los entes privados las traten”.  En este sentido, Fernández ha apuntado que, “si se tratan las palmeras infectadas podría evitarse, pero realmente de nada sirve si sólo se tratan las públicas, y las privadas no se tratan pues son un foco de infección”. Figueroa ha añadido que “mientras no exista una normativa que regule la obligatoriedad de tratar las plantas privadas o eliminarlas, ocurrirán estas cosas”. El picudo rojo es un insecto que afecta a la palmera canaria y que de momento, “no supone un riesgo para la cocotera que está aguantando bastante bien”, según Valdés.

Por otro lado, se han referido a que, después de la destrucción y alteración de los hábitat, la propagación de plantas invasoras supone la segunda causa, además de tener impactos para la salud, el medio ambiente o la economía. El biólogo conservador del zoobotánico de Jerez de la Frontera, Iñigo Sánchez, ha señalado la problemática que suponen las plantas invasoras de amplia propagación en parques, jardines o el medio natural, siendo “la segunda causa de pérdida de biodiversidad a nivel mundial” después de la “destrucción y alteración de los hábitat”. 

En referencia a estas plantas, también ha señalado que “estas invasiones tienen un gran impacto en muchos aspectos, económicos, medioambientales incluso sanitarios”. “Supone un grave impacto económico, tanto en el dinero que se deja de ganar en actividades como la agricultura por la competencia por las especies asilvestradas, como el dinero que hay que invertir en erradicarlas porque crean problemas que van desde atascos de canales en el caso de especies acuáticas, a los sanitarios como las alergias”, ha subrayado. 

Además de estos aspectos, Sánchez ha apuntado que “suponen un problema porque desplazan a las especies autóctonas y son portadoras de plagas y enfermedades, que también afectan a las especies nativas, deterioran el paisaje, lo transforman y simplifican”. Como ejemplo ha mencionado la espartina “que ha transformado el paisaje de las marismas”, o el conocido “carrizo de las pampas o plumero” de origen sudamericano, “que ha invadido zonas por completo”.  Según Sánchez, “se está intentando poner un coto a las especies más invasora mediante la aprobación de leyes”, en concreto, ha hecho referencia al “decreto aprobado el pasado año que es un catálogo de especies que se tienen que eliminar y  no se pueden plantar” entre ellas, el carrizo de las pampas, “cuyo cultivo y comercialización está prohibido”. 

"Esta situación se da, en muchos casos, por desconocimiento --apunta el ponente-- y porque se busca en jardinería una planta que se propague bien y no tenga plagas, las características que coinciden con el retrato robot de una especie invasora”. Asimismo, indicó que “el cambio climático favorece que una planta, que hasta ahora no se comporta como invasora, ahora tengan unas mejores condiciones para propagarse”; un proceso que ha calificado de “imparable” y que “facilita mucho la propagación de especies”. 

El director del curso ha subrayado la importancia de que “las administraciones se coordinen en este área”, para que “unas no deshagan lo que hacen las otras”, poniendo como ejemplo la situación de la uña de león, “plantada para revegetar taludes invirtiendo grandes cantidades de dinero, para luego ser retirada por la Consejería de Medio Ambiente también por una ingente cantidad”. 

El objetivo principal de este encuentro, según ha señalado la vicerrectora de Ordenación Académica de la UNIA, Mª Dolores Oliver, era “generar debate sobre un tema de actualidad”, siendo el contenido del encuentro y  “una de las líneas temáticas estratégicas”, que, además, “se adaptaba al espíritu de integración con las universidades andaluzas”, ya que cuenta con ponentes de la Universidad de Sevilla y la Universidad de Málaga.

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