Antonio Colinas: JRJ es el poeta de su época que mejor resiste el paso del tiempo
Antonio Colinas, que ha participado en la sede de la Rábida de la UNIA en Huelva, en el Congreso Internacional 'Presencia de Juan Ramón en los poetas del 27', organizado por la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez, ha asegurado que "todavía hoy su poesía es una obra abierta que sigue interesando, tanto a los lectores como a los poetas".
Una obra, ha precisado, que sigue "ofreciendo lecciones", es decir que "no es un poeta agotado o esclerotizado o un poeta de su tiempo, sino también del nuestro".
Colinas considera que en los últimos años se está viviendo un "rescate intenso" del Nobel moguereño que tras influir de una manera "impresionante en todos los sentidos" sobre los autores de la Generación del 27, en poetas de América como Pablo Neruda o ser admirado "mucho" por los de guerra e inmediata posguerra, sufrió "un cierto vacío, alguna opinión fuera de lugar, un rechazo".
Sin embargo, considera que "la obra de Juan Ramón vuelve en estos días a ofrecérsenos en todo su inmenso tesoro".
La presencia de Colinas en el congreso ha servido para conocer una etapa de la poesía de Juan Ramón Jiménez "más desconocida", la que transcurre entre 1908-1917, en la que se encuentran "sus libros más intensos, puros, claros y todavía quizás en carpeta, dispersos no siempre reunidos".
En ellos no se observa el Juan Ramón "de los inicios, sentimental, desbordado, ni el del pensar, del meditar o de las grandes preguntas de sus últimos libros, es una etapa desconocida por no suficientemente todavía explicitada".
Según Colinas, los libros de esta etapa muestran a un "Juan Ramón muy claro, muy sencillo, de tono popular pero auténtico, y sobre todo conmovedor". Pone de manifiesto el indiscutible magisterio ejercido por Juan Ramón Jiménez.
Un ejemplo de esto es la obra “Arte menor”, datado en 1909, se sitúa cronológicamente en el ámbito inicial de la obra poética de Juan Ramón Jiménez, allí donde se acentúa un lirismo de claro linaje popular, como desglosado de algún cancionero anónimo andaluz, oriundo en sus mejores momentos de cierto modernismo aún contaminado de seducciones románticas. Dentro de los mismos nutrientes sentimentales que comparecen, por ejemplo, en "Las hojas verdes" (1906) o "Baladas de primavera" (1907). Arte menor prolonga una idéntica estrategia retórica, pero también anuncia ocasionalmente ese designio poético esencial que va a ir acrecentando su potencia reflexiva a partir de "Diario de un poeta recién casado" (1916). A medio camino entre la canción de cuño tradicional y una depurada interiorización de la naturaleza, Arte menor se integra en una de las más canónicas fases de la poesía de Juan Ramón, que también fue, con toda probabilidad, la que más notoriamente afectó a los modales neopopularistas del 27, en particular a los de Lorca y Alberti.
Junto a canciones de sencilla tonalidad descriptiva, no faltan lo que podrían ser atisbos, perfiles aún inciertos de esa conciencia de penetración en lo absoluto que regula la más visionaria ruta poética de Juan Ramón.
Aseguraba también que en este moemnto todavía estaba lejos lo que constituye su normativa magistral: la subordinación del pensamiento lógico a la intuición iluminadora. En todo caso, lo que más abundan aquí son las composiciones de común aire popular, tan livianas a veces que dudo que su autor las hubiese salvado de un escrutinio de pocos años después. Siempre se tiene la sospecha de que los textos -los “borradores silvestres”- que por una u otra razón permanecieron inéditos se debe a que su autor no deseaba verlos publicados.
Por otra parte, también en este último día ha estado presente en el congreso , el hispanitas y catedrático de la Universidad de Bérgamo (Italia) Gabriel Morelli, quien ha disertado sobre “Dos premios Nobel frente a frente: JRJ y Vicente Alexandre”.