Carmen Posadas aborda en un curso de la UNIA el espionaje femenino a lo largo de la historia
La escritora Carmen Posadas ha participado en el curso de verano Historia y novela histórica de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), que se imparte en la Sede de la Cartuja de Sevilla. Su conferencia ha versado sobre `El espionaje femenino a lo largo de la historia´, tema de su última novela Licencia para espiar.
La autora ha mantenido un coloquio con el director de este curso, José Calvo Poyato, quien destacó la obra “extraordinariamente amplia” de la escritora y narró al numeroso alumnado las historias de la bíblica Rahab, cuya intervención fue decisiva para conquistar la Tierra Prometida; o de la Balteira, la juglaresa gallega que se vio envuelta en mil y una intrigas durante el reinado de Alfonso X.
Posadas explicó que siempre le fascinó el mundo del espionaje, porque era una niña “extra tímida, a la que le gustaba observar y ver sin ser vista”, añadiendo que fue en Rusia, donde su padre fue embajador de Uruguay en Moscú, el lugar en el que realmente pudo ver el mundo del espionaje en los años 70, porque, según dijo “en aquella época vivir en Rusia era como vivir en una novela de espías”.
En este contexto, destacó que “la historia del espionaje es la historia de la humanidad, porque el hombre necesita información” y que el espionaje tiene “una parte emocionante y glamurosa y otra gris, oscura y aburrida”. En este sentido, comentó que su último libro está estructurado como ensayo y con ejemplos de la época que recrea.
Según desveló de su última novela, la primera misión de espionaje documentada viene de la Biblia, centrándose en la historia de Rahab, para continuar con las doncellas venenosas de la India, “niñas guapísimas a las que entrenaban desde la infancia haciéndolas tomar pequeñas cantidades de veneno para que se inmunizaran”, y adentrarse después en la Edad Media, donde “había dos redes de espionaje que funcionaban divinamente, la inquisición, y otra más divertida que eran los juglares, con un espectro de enormes conexiones y donde había muchas juglaresas”, entre ellas María la Balteira, que “consiguió el respeto del rey Alfonso X el Sabio y tuvo un papel muy destacado”.
Carmen Posadas habló también al sexpionaje, del que ha dicho que a las mujeres que lo ejercen “se las llamas golondrinas y a los hombres romeos”, así como de reinas como Catalina de Médicis, quien con su “escuadrón volante consiguió muchas cosas”, y de aventureras como Mata-Hari.
Para finalizar, mencionó a dos españolas que se vieron envueltas en algunos de los complots más importantes del siglo XX, África de las Heras y Caridad Mercader; quienes “se dejaron seducir por lo que pasaba en la Unión Soviética e intervinieron, entre otras cosas, en el asesinato de Trotski, porque lo más importante para ellas, más que la familia y la sangre, era el Estado”.